No los llevas a la escuela, los llevas al futuro

Ahora que el conflicto en Siria está apunto de entrar en su sexto año, 4,8 millones de personas se han convertido en refugiadas (más de la mitad son niños y niñas). En personas que, a causa de una guerra, se han visto obligadas a abandonar sus ciudades, sus hogares e incluso a sus familias en busca de un refugio seguro donde salvar sus vidas de las bombas que, por desgracia, no cesan. Una triste realidad de la que en los últimos meses no se ha dejado de oír en los medios de comunicación. Sin embargo, la situación de refugiados no viene de hace cinco años.

La práctica de conceder asilo a personas que huyen de la persecución en tierras extranjeras es uno de los primeros hitos de la civilización. De hecho, se han encontrado referencias a ella en textos escritos hace 3.500 años, durante el florecimiento de los grandes imperios a principios del Oriente Medio tales como hijitas, babilonio, asirios y egipcios antiguos. Debido a esto se puede decir que, en un mundo cada vez más complejo de éxodos, migraciones económicas y tráfico de personas, el concepto de refugiado no está cerca de extinguirse y por eso hay que seguir trabajando duro para que las condiciones de estas personas sean las mejores posibles.

Desgraciadamente, los niños son los principales afectados por conflictos como el de Siria en el que más de 8 millones ya han sufrido los efectos de una guerra que no termina. Por eso, asociaciones sin ánimo de lucro como ACNUR trabajan duramente a diario porque estos niños puedan, aunque sea lejos de sus hogares, seguir creciendo en paz y, sobre todo, seguir aprendiendo porque la educación es la principal base del que puede ser un brillante futuro.

Educa a un niño‘ es un proyecto de Agencia que se encuentra en su tercera fase y que lucha por conseguir que un millón de niños y niñas de 12 países diferentes estén escolarizados en primaria.

Ellos son el futuro

«Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo», decía José Martí y por ello lucha este programa que comenzó en el año 2012-2013 y que en solo doce meses consiguió que un total de 266.083 niños y niñas se matriculasen en una escuela de primaria. Unos datos que han servido a ACNUR para coger impuso y seguir trabajando para subsanar las deficiencias en los servicios educativos en 12 países ( Chad, Kenia, Etiopia, Sudán, Irán, Malasia, Uganda, Sudán Meridional, Yemen, Ruanda, Pakistán, Siria,  incrementando su capacidad, equipamiento, calidad, formación del profesorado y eliminando las barreras que impiden a los niños y niñas refugiados asistir a clase.

ACNUR tiene un compromiso de buscar soluciones rápidas para familias enteras de refugiados, pero en el proceso, la Agencia también se asegura de que las opciones de futuro de los niños refugiados permanezcan intactas, y la educación es una parte crucial para que esto sea posible.

Solo la mitad de los niños refugiados asiste a la escuela

La pobreza, escuelas sin infraestructura e instalaciones suficientes, prohibiciones en ciertos países para que los niños refugiados acudan a los colegios públicos, barreras idiomáticas, riesgo de seguridad… son algunos de los inconvenientes con los que se topan miles y miles de niños para acudir a la escuela, para recibir una educación.

Por eso, ACNUR se ha puesto manos a la obra y, en un término de cuatro años (2012-2016),  tiene como objetivo estratégico escolarizar a 3 millones de niños y niñas refugiados que en la actualidad no pueden acceder a ningún tipo de educación – aproximadamente el 40% del total de niños y niñas refugiados- al tiempo que se incrementan los estándares cualitativos de la educación. ¿Cómo?

1. Ampliando el acceso a la educación.

2. Mejorando la calidad de la docencia y el aprendizaje.

3. Garantizando un entorno de aprendizaje seguro.

4. Fomentaremos la toma de conciencia sobre la importancia de la educación y el derecho de todo niño a recibirla.

5. Mejoraremos la recogida, gestión y análisis de datos.

6. Introduciremos métodos innovadores en la educación a los refugiados, incorporando la tecnología en las aulas.

7. Involucraremos a la comunidad en la educación.

8. Apoyaremos la coordinación de la educación entre el gobierno y otras ONG asociadas.

Pero, para todo esto es necesario tu ayuda. ¿Te sumas a conseguir tres millones de niños refugiados escolarizados?

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