Imagina que estalla una guerra en tu país, que destruyen tu casa, que matan a tu familia y que te quedas sin agua y sin alimentos. Así es como viven, desgraciadamente, miles de personas en la República Centroafricana. Obligadas a empezar de cero cada día, huyendo de sus hogares, dejando atrás a sus familias… y cuando, por fin, consiguen volver a sus vidas se encuentran con sus casas destruidas, sus pozos de agua contaminados… Ni tan siquiera cuentan con agua potable con la que volver a empezar. Y es que, en los conflictos bélicos, el agua es un arma más con el que ganar o perder la guerra.
En pleno siglo XXI el hecho de abrir el grifo y que no caiga agua es una realidad para más de 663 millones de personas que no tienen acceso a ese derecho. Porque el acceso al agua es un derecho humano por las Naciones Unidas desde el 28 de julio de 2010 cuando se determinó que ha de ser «suficiente, saludable, aceptable, asequible, universal y fiscalmente accesible». Sin embargo, este derecho no está al alcance de todos y por eso asociaciones como Oxfam Intermón trabaja duramente para cambiar esta realidad.
No solo las armas matan: el agua también puede hacerlo
En 2012 la violencia estalló en la República Centroafricana y cientos de personas se vieron obligadas a abandonar su hogar. En septiembre de 2015, ese conflicto volvió a sacudir duramente el territorio.
Las milicias, que combaten sobre el terreno, han contaminado los pozos de agua arrojando los cuerpos sin vida de las personas asesinadas. De este modo, miles de personas no tienen agua potable ni para beber, cocinar o lavarse. Un acto tan esencial para la vida como para evitar que se propaguen enfermedades como el cólera, la diarrea… que en escenarios bélicos pueden llegar a causar la muerte sobre todo en los niños.
La verdadera situación en la actualidad
Actualmente presenciamos casos en los que fuentes e infraestructuras de agua se utilizan como forma de ejercer presión ante el enemigo. Desde Siria a la República Centroafricana, pasando por Botsuana o Libia.
En Siria todas las partes en conflicto han utilizado el suministro de agua como arma de guerra con cortes deliberados que han afectado a millones de civiles. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos alertó de una probable “catástrofe humanitaria” si persistía el corte del agua en algunos barrios de Alepo, una de la ciudades más castigadas por la guerra de Siria y que ha llegado a estar más de 80 días sin suministro.
En Gaza, según la ONU, Israel destruyó de forma sistemática y deliberada las infraestructuras de agua y saneamiento y aun no se han podido reparar por falta de piezas debido al bloqueo del gobierno de Jerusalén.
Otro caso reciente es el de Botsuana, donde el gobierno ha inutilizado las principales fuentes de agua de los bosquimanos para expulsarlos de sus tierras tras descubrirse en ellas diamantes.
La frontera entre Irán, Afganistán e India, Yemen, Egipto, Libia o Brasil son otros países donde se han vivido enfrentamientos por el agua o donde se ha utilizado esta como arma en conflictos locales, nacionales o internacionales.
“Durante los enfrentamientos lo perdí todo. Mi casa, mis bienes, mi ganado. Los cuerpos de personas asesinadas fueron arrojados a los pozos de agua. Esa agua ya no se podía beber”, cuenta Jean Louis Pogbia, de 56 años, desplazado de Bria.
Es aquí donde empieza uno de los grandes proyectos de Oxfam Intermón: cubrir las necesidades básicas inmediatas en materia de agua, saneamiento e higiene en tres regiones de la república centroafricana: Bangui, Bria y Paoua. ¿Cómo?
La organización asiste a la población desplazada en los campos de refugiados y desplazados. De hecho, en Bangui Oxfam Intermón es el principal proveedor de agua, saneamiento e higiene para las personas que están fuera de su hogar como consecuencia de la violencia.
Además, otro de los papeles claves de la organización es a ayuda que facilita a las personas para volver a tener un hogar donde vivir con la construcción o adecuación de infraestructuras duraderas, la formación de comités para su mantenimiento y la educación en materia de higiene.
Porque 150.000 personas tengan acceso a agua potable
Además, Oxfam Intermón gestiona en Bangui la estación de producción y tratamiento de agua potable que surte a todos los camiones cisterna que proveen a los campamentos de desplazados.
La meta de la asociación en República Centroafricana es dar acceso a agua potable para 150.000 personas. Poco a poco lo estamos consiguiendo, pero el reto no es fácil, en un contexto de conflicto la situación es crítica y volátil. Por eso Oxfam se ha propuesto construir o reparar 149 pozos y 2.500 letrinas, gestionar 1.500 tratamientos de agua a domicilio. De hecho ya se han distribuido 3.000 kits de higiene, arreglado 70 puntos de distribución de agua e instalado 20 depósitos de agua.
En todo el mundo, Oxfam tiene proyectos relacionados con el agua, el saneamiento y la higiene en 35 países, tanto en zonas rurales como urbanas, así como en campos de refugiados o de desplazados internos.
La falta de agua potable y la utilización de agua contaminada para beber, crean un círculo vicioso que, unido a la malnutrición provoca enfermedades y muertes. ¿Te sumas a la lucha contra esto?